La isla de Gran Canaria conserva una cantidad considerable de cuevas pintadas con diferentes motivos, los colores más utilizados eran el negro que lo obtenían de la brea, solían aplicarlo como fondo y este tenía la propiedad de impermeabilizar todo el recinto.
El rojo era otro color que se usaba habitualmente en la pintura de las cuevas, lo obtenían del almagre y solían pintar el friso de rojo y en el caso de esta llega casi al techo.
El suelo está lleno de cazoletas repartidas aleatoriamente a nuestros ojos, pero estoy seguro, de que debían tener un sentido lógico, el cual no llegamos a entender, desde nuestro pensamiento actual, tan contaminado y distante en el tiempo es muy difícil comprenderlo.
Como vista privilegiada no se nos ocurre ninguna más bella, el Roque Bentayga y el Roque Nublo dibujando una estampa casi irreal, nuestros antiguos eligieron unos lugares maravillosos para sus moradas, nos llama la atención que este tipo de cuevas asociadas a la ritualidad se hallan conservado, indica que hubo una noción de su importancia y por eso se respetaron y perduraron en el tiempo, hasta la próxima!!
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